Hola sil, voy a explicarte sinteticamente tu inquietud. La doctrina de la real malicia nace en estados unidos con el caso "new york times c/sullivan". En nuestro pais tuvo recepcion si no me equivoco en el caso "Moralez Solá"., ampliandose a partir de alli a otros casos.
Esta doctrina sostiene que la libertad de prensa no es un derecho absoluto, y que en realidad las injurias o calumnnias realizadas por los periodistas revisten el caracter de tales cuando se realizan con conocimiento de la falsedad, es decir con dolo directo, e incluso cuando se lo hace de manera temeraria lo que abarcaría el dolo eventual, es decir actua sin importarle la lesividad de su accionar previendo la misma.
Resumiendo la libertad de prensa al igual que todos los derechos no son absolutos, y poseen limites que en este caso consisten en la falsedad de lo que se dice en el ejercicio de la prensa o en una conducta temeraria, por lo cual la libertad de prensa nunca puede ampararse en falsedades que puedan agraviar el honor del ofendido.
Espero que te haya servido. Exitos!
Tema interesante el de la doctrina de la real malicia (la cual personalmente no comparto..).
Sil, acá te paso algo que encontré googleando un poco sobre el tema: Es un fallo de este año en el cual la Corte ratifica la doctrina de la real malicia. Ahí mismo te da el link para bajarlo. Siempre viene bien en una mesa o en un trabajo citar jurisprudencia actualizada.
Esta doctrina sostiene que la libertad de prensa no es un derecho absoluto, y que en realidad las injurias o calumnnias realizadas por los periodistas revisten el caracter de tales cuando se realizan con conocimiento de la falsedad, es decir con dolo directo, e incluso cuando se lo hace de manera temeraria lo que abarcaría el dolo eventual, es decir actua sin importarle la lesividad de su accionar previendo la misma.
Resumiendo la libertad de prensa al igual que todos los derechos no son absolutos, y poseen limites que en este caso consisten en la falsedad de lo que se dice en el ejercicio de la prensa o en una conducta temeraria, por lo cual la libertad de prensa nunca puede ampararse en falsedades que puedan agraviar el honor del ofendido.
Espero que te haya servido. Exitos!