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(Me lavo las manos .....nada que ver tengo con los militares)
República Argentina
DATOS GEOGRÁFICOS SOBRESALIENTES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
ORIGEN DEL NOMBRE
¿Por qué Argentina?
Son la geografía y la historia conjugadas con la lingüística, las que a través de los hombres conforman la toponimia de un país.
La denominación de Argentina no escapa a esta regla y es el resultado de un proceso evolutivo y cambiante que se encuentra íntimamente vinculado con el desarrollo e integración de nuestro territorio desde los albores del descubrimiento de América pasando por la sanción de la Constitución Nacional y que llega hasta nuestros días.
Así como nuestro desarrollo histórico-geográfico y político se encuentra ligado a las tierras que se extienden adyacentes al majestuoso río color de león – Mar Dulce, Río de Solís, Río de Santa María, Río Jordán; el destino de la denominación de nuestra Nación no se pudo desprender de la atracción del río descubierto por Solís en 1516 y que finalmente se impondría en la cartografía como “Río de la Plata”. Tal denominación proviene de Portugal en la tercera década del siglo XVI, para luego ser un uso corriente en los viajeros españoles como Diego García o Pedro de Mendoza.
Es así que, el 21 de mayo de 1534, el rey de España firmaba el asiento concedido a Pedro de Mendoza, para la conquista y población de las tierras y provincias del Río de la Plata.
Por el año 1554, aparece por primera vez en una pieza cartográfica, del portugués Lopo Homen la denominación de Terra Argentea.
En 1602 se publicó en Lisboa el libro a partir del cual se habría de imponer la denominación de Argentina.
Nos referimos a la obra “Argentina y conquista del Río de la Plata, con otros acaecidos de los reinos Del Perú, Tucumán y Estado del Brasil” de Martín del Barco Centenera. Es aquí donde el autor utiliza la latinización del término “argenteus”, inusual para la época, ya que lo común era utilizar la adjetivación argenteados o argénteo, según comenta Ángel Rosenblat en su obra “Argentina, Historia de un Nombre”.
En los primeros tiempos ese término se mantiene dentro de los sectores cultos de la población y es así, que, Manuel José de Lavardén publica en el primer número del Telégrafo Mercantil, su Oda al Majestuoso Río Paraná donde hace mención a las “sencillas ninfas argentinas”.
.Un hito importante en la difusión del citado término, es su paso desde los sectores cultos a los niveles populares, asociado al proceso revolucionario de los hombres de mayo.
Un claro ejemplo, lo tenemos en el Himno Nacional de Vicente López y Planes, adoptado por la Asamblea del año 1813: “A vosotros se atreve ¡Argentinos!...”
A partir de aquí, podemos comprobar cómo, desde una óptica eminentemente literaria, nace la denominación de Argentina, y que con el transcurso de los años pasaría a tener una connotación política-geográfica y que por sobre todo iría marcando la individualización del habitante de las comarcas rioplatenses y del espacio que ocupa.
Este espacio geográfico inmerso en las dilatadas tierras que la corona española poseía en América va a tomar distintas denominaciones según los descubridores y hechos históricos que se irán sucediendo en la difícil integración y unidad nacional.
Desde el Virreinato del Perú, pasando por la formación del Virreinato del Río de la Plata en 1776, hasta llegar a la actual denominación oficial, encontramos títulos relacionados con los vaivenes políticos que se sucedieron durante las distintas etapas de consolidación de nuestra entidad nacional.
La Primera Junta acuerda por expresión de su Cabildo, la denominación Provincias Unidas del Río de la Plata, que a su vez será tomada por la Asamblea del año XIII. Posteriormente, en 1816, el Congreso que proclamó la independencia, utilizó el nombre de “Provincias Unidas del Río de la Plata en Sudamérica”.
Como vemos, en la época de nuestra emancipación no se utilizó con frecuencia el término “Argentina”. La razón la encontramos, en que al estar tal denominación asociada a la hegemónica Buenos Aires, no constituía un factor de integración entre las provincias. Con la Constitución de la República Argentina del 24 de diciembre 1826 se oficializa esta designación.
El enfrentamiento entre federales y unitarios trae consigo la utilización de las denominaciones Confederación Argentina o Provincias Unidas del Río de la Plata, según las tendencias que las propiciaron.
El 1° de octubre de 1860 se promulga la Constitución de1853, donde se realizan enmiendas a ésta y se agrega el art. 35, donde dice: “Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente a saber: Provincias Unidas del Río de la Plata, República Argentina, Confederación Argentina, serán en adelante nombres oficiales indistintamente para la designación del gobierno y el territorio...”
A los días de promulgada en la ciudad de Paraná, el presidente Santiago Derqui, teniendo en cuenta la necesidad de unificar la denominación de la Nación para los actos administrativos, decreta que: “el gobierno ha venido en acordar que para todos estos actos se use la denominación de República Argentina”. De allí derivan los calificativos con los cuales se identificarían en el futuro a los habitantes y al territorio que ocupa el extremo meridional del continente americano.
Pero como los hombres son quienes imponen los nombres, éstos no permanecen inalterables, cambian, son modificados por los distintos usos o costumbres. Así aparece una expresión simplificada para designar a nuestro país en el orden internacional y especialmente dentro de la Organización de las Naciones Unidas: Argentina, a secas, suprimiendo el sustantivo República. Tal, la designación acordada en los listados alfabéticos del mencionado organismo.
Resumiendo, desde su origen latino y con las distintas denominaciones con que nos conociera el mundo a lo largo de nuestro devenir histórico, hoy, el nombre de ARGENTINA identifica a esta nación de la que orgullosamente formamos parte.
La Constitución nos denomina: ”Nación”, 111 veces; “Argentina”, “argentina”, “Argentino”, “argentino”, en 19; 16 como “Nacional” o “nacional”; 11 como “República”; “Estado” 9; y 2 veces usa los términos “país”, ”patria”, “sociedad”, “nacionalidad” y “nacionales”; que no tienen siempre idéntico significado.
La expresión “Nación” en muchos casos quiere decir: Sociedad política argentina (art. 1), en otras Estado, que es parte de la misma, y en algunas Gobierno o Estado federal, distinto de las provincias y la ciudad de Buenos Aires. La Constitución organiza la Sociedad y al Estado, que es su institución fundamental, en una comunidad unida por la tradición, cultura e historia, lo que es propiamente la Nación Argentina.
Esta Sociedad tiene por fin al bien común o “bienestar general” del preámbulo, un territorio, un pueblo, y un régimen político representativo, republicano y democrático, regulado en un Estado de Derecho presidido por la Constitución.
Los nombres “Provincias Unidas del Río de la Plata y “Confederación Argentina” ya no se usan, ésta última es además incorrecta porque no somos una confederación –porque no se permite la secesión de las provincias- sino una federación. La Constitución dice que en la sanción de las leyes debe usarse “Nación Argentina” (art. 84); habla de: “Presidente (o Vicepresidente) de la Nación Argentina” (arts. 87 y 88) o “Presidente de la República” (arts. 23 y 75 inc.21) y al referirse al “Gobierno y territorio”, a las autoridades o la capital, indistintamernte usa “Nación Argentina” o “República Argentina”. “Nación” sólo para referirse al pueblo, los habitantes, los ríos interiores, los límites, a los poderes u órganos del gobierno federal, a los diiusdos, a los senadores, a los jueces federales, el procurador general; al defensor general, a la Auditoría General, las fuerza armadas o al delito de traición. La persona jurídica pública es el: “Estado Nacional” (art. 129 de la Constitución y 33 inc. 1º del Código Civil).
ARGENTINA
El nombre Argentina, del latín plateada -que alude a la riqueza atribuída por la leyenda al ancho río descubierto por Juan Díaz de Solís-, lo usó por primera vez el poeta Martín del Barco Centenera en su obra: “Argentina y conquista del Río de la Plata, con otros acaecimientos de los Reinos del Perú, Tucumán y Estados del Brasil” (Lisboa 1602), que en la dedicatoria dice: ”Este tratado y libro lo intitulo y nombro Argentina tomando el nombre del sujeto principal, que es el Río de la Plata”.
Los indígenas llamaban a estas tierras: Paraná–Guazú, que significaba: río con mar. El capitán asunseño Ruy Diaz de Guzmán, primer historiador de estos lares, en su “Argentina manuscrita”, escrito en Charcas en 1666 e impreso en 1835, repitió la denominación, como lo harán luego Francisco Antonio Cabello en el “Telégrafo Mercantil”, Vicente Lopez y Planes en la “Defensa de Buenos Aires “ y en el Himno adoptado en la Asamblea del año XIII y Juan Cruz Varela en “Al triunfo de Ituzaingó”, donde llamó al país República Argentina.
PARTIDA DE NACIMIENTO
La “Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata” dictó el decreto del 1º de setiembre de 1810 donde habla de “Provincias Unidas del Río de la Plata”, la Constitución de 1819 de: “Provincias Unidas en Sud América”, desde 1835 Juan Manuel de Rosas habló de Confederación, expresión que no modificó Justo José de Urquiza en su Pronunciamiento (1851), ni el Acuerdo de San Nicolás ni tampoco los proyectos de constituciones de Juan Bautista Alberdi, Pedro de Angelis y Jose Benjamín Gorostiaga, ni “La Constitución de la Confederación Argentina” de 1853, que es nuestra partida de nacimiento, que lo usó en el preámbulo y en su articulado.
En la Convención reformadora de 1860, Buenos Aires propuso volver a “Provincias Unidas del Río de la Plata”, lo que no se aceptó, y se transó con el nuevo artículo 35: ”Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente, a saber: Provincias Unidas del Río de la Plata, República Argentina, Confederación Argentina, serán en adelante nombres oficiales indistintamente para la designación del Gobierno y territorio de la provincias, empleándose las palabras Nación Argentina en la formación y sanción de las leyes”, sin cambiar la expresión “Confederación Argentina” por “Nación Argentina” usada en varias parte de su texto, lo que se hizo recién al publicarla sin autorizaciòn de nadie. La ley 12.632 ordenó editar el texto facsimilar de la “Constitución Nacional con sus reformas”, llamándola: “Constitución de la Nación Argentina”. En el Acuerdo con la Santa Sede de 1966 se usó la expresión “Estado argentino”
El texto ordenado de la Convención de 1994 mantuvo el cambio de “Confederación” por “Nación” –10 veces menciona a la “Nación Argentina”-, como se la publicaba desde 1860, lo que ratificó la ley 24.430, al ordenar “la publicación del texto oficial de la Constitución Nacional”. Esta Convención pudo rectificar nuestra partida de nacimiento, unificar y dar precisión a las palabras que acompañan al bello nombre, Argentina, con el que nos bautizó el poeta.
Córdoba, enero de 2000.
(*) Es profesor de derecho constitucional de las
universidades Nacional y Católica de Córdoba.
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www.igm.gov.ar/node/114 - 27k -
(Me lavo las manos .....nada que ver tengo con los militares)
República Argentina
DATOS GEOGRÁFICOS SOBRESALIENTES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
ORIGEN DEL NOMBRE
¿Por qué Argentina?
Son la geografía y la historia conjugadas con la lingüística, las que a través de los hombres conforman la toponimia de un país.
La denominación de Argentina no escapa a esta regla y es el resultado de un proceso evolutivo y cambiante que se encuentra íntimamente vinculado con el desarrollo e integración de nuestro territorio desde los albores del descubrimiento de América pasando por la sanción de la Constitución Nacional y que llega hasta nuestros días.
Así como nuestro desarrollo histórico-geográfico y político se encuentra ligado a las tierras que se extienden adyacentes al majestuoso río color de león – Mar Dulce, Río de Solís, Río de Santa María, Río Jordán; el destino de la denominación de nuestra Nación no se pudo desprender de la atracción del río descubierto por Solís en 1516 y que finalmente se impondría en la cartografía como “Río de la Plata”. Tal denominación proviene de Portugal en la tercera década del siglo XVI, para luego ser un uso corriente en los viajeros españoles como Diego García o Pedro de Mendoza.
Es así que, el 21 de mayo de 1534, el rey de España firmaba el asiento concedido a Pedro de Mendoza, para la conquista y población de las tierras y provincias del Río de la Plata.
Por el año 1554, aparece por primera vez en una pieza cartográfica, del portugués Lopo Homen la denominación de Terra Argentea.
En 1602 se publicó en Lisboa el libro a partir del cual se habría de imponer la denominación de Argentina.
Nos referimos a la obra “Argentina y conquista del Río de la Plata, con otros acaecidos de los reinos Del Perú, Tucumán y Estado del Brasil” de Martín del Barco Centenera. Es aquí donde el autor utiliza la latinización del término “argenteus”, inusual para la época, ya que lo común era utilizar la adjetivación argenteados o argénteo, según comenta Ángel Rosenblat en su obra “Argentina, Historia de un Nombre”.
En los primeros tiempos ese término se mantiene dentro de los sectores cultos de la población y es así, que, Manuel José de Lavardén publica en el primer número del Telégrafo Mercantil, su Oda al Majestuoso Río Paraná donde hace mención a las “sencillas ninfas argentinas”.
.Un hito importante en la difusión del citado término, es su paso desde los sectores cultos a los niveles populares, asociado al proceso revolucionario de los hombres de mayo.
Un claro ejemplo, lo tenemos en el Himno Nacional de Vicente López y Planes, adoptado por la Asamblea del año 1813: “A vosotros se atreve ¡Argentinos!...”
A partir de aquí, podemos comprobar cómo, desde una óptica eminentemente literaria, nace la denominación de Argentina, y que con el transcurso de los años pasaría a tener una connotación política-geográfica y que por sobre todo iría marcando la individualización del habitante de las comarcas rioplatenses y del espacio que ocupa.
Este espacio geográfico inmerso en las dilatadas tierras que la corona española poseía en América va a tomar distintas denominaciones según los descubridores y hechos históricos que se irán sucediendo en la difícil integración y unidad nacional.
Desde el Virreinato del Perú, pasando por la formación del Virreinato del Río de la Plata en 1776, hasta llegar a la actual denominación oficial, encontramos títulos relacionados con los vaivenes políticos que se sucedieron durante las distintas etapas de consolidación de nuestra entidad nacional.
La Primera Junta acuerda por expresión de su Cabildo, la denominación Provincias Unidas del Río de la Plata, que a su vez será tomada por la Asamblea del año XIII. Posteriormente, en 1816, el Congreso que proclamó la independencia, utilizó el nombre de “Provincias Unidas del Río de la Plata en Sudamérica”.
Como vemos, en la época de nuestra emancipación no se utilizó con frecuencia el término “Argentina”. La razón la encontramos, en que al estar tal denominación asociada a la hegemónica Buenos Aires, no constituía un factor de integración entre las provincias. Con la Constitución de la República Argentina del 24 de diciembre 1826 se oficializa esta designación.
El enfrentamiento entre federales y unitarios trae consigo la utilización de las denominaciones Confederación Argentina o Provincias Unidas del Río de la Plata, según las tendencias que las propiciaron.
El 1° de octubre de 1860 se promulga la Constitución de1853, donde se realizan enmiendas a ésta y se agrega el art. 35, donde dice: “Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente a saber: Provincias Unidas del Río de la Plata, República Argentina, Confederación Argentina, serán en adelante nombres oficiales indistintamente para la designación del gobierno y el territorio...”
A los días de promulgada en la ciudad de Paraná, el presidente Santiago Derqui, teniendo en cuenta la necesidad de unificar la denominación de la Nación para los actos administrativos, decreta que: “el gobierno ha venido en acordar que para todos estos actos se use la denominación de República Argentina”. De allí derivan los calificativos con los cuales se identificarían en el futuro a los habitantes y al territorio que ocupa el extremo meridional del continente americano.
Pero como los hombres son quienes imponen los nombres, éstos no permanecen inalterables, cambian, son modificados por los distintos usos o costumbres. Así aparece una expresión simplificada para designar a nuestro país en el orden internacional y especialmente dentro de la Organización de las Naciones Unidas: Argentina, a secas, suprimiendo el sustantivo República. Tal, la designación acordada en los listados alfabéticos del mencionado organismo.
Resumiendo, desde su origen latino y con las distintas denominaciones con que nos conociera el mundo a lo largo de nuestro devenir histórico, hoy, el nombre de ARGENTINA identifica a esta nación de la que orgullosamente formamos parte.
Fuente: Revista del IGM, año 1, N° 0 .