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licprof Estudiante Intermedio Creado: 05/03/23
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licprof Estudiante Intermedio Creado: 28/01/24
Aventuras en el Microcentro profundo

Ya te echaron?, preguntō mi padre.

No, no me habėan echado pero me comė, en cambio,
flor de sumario administrativo.
La cosa sucediō asė:
pero para quč diablos profundizar en materias tan desagradables
y francamente penosas.

5 aņos estuve en el paraėso burocrātico
por las noches
rodeado por pilas de libros (yo mismo habėa creado mi propia biblioteca
de la que sustraėan libros sin mi permiso, quiero decir que se los robaban
cuando yo no estaba).

Aquellas pilas de libros llegaban desde el piso hasta el techo
(aunque debemos admitir que el techo no era demasiado alto)
y yo me enfrascaba en su ardua lectura
al tiempo que escuchaba a Bach mediante mi telčfono celular.

Agora que lo veo a la distancia temporal
aquellos fueron 5 aņos de absoluta felicidad:
pido disculpas a quien se sienta ofendido por mi franqueza:
en efecto, aquellos burōcratas pretendieron convertirme en una especie de
ņoqui
o algo peor: las empleadas entraban sin golpear la puerta a mi cubėculo u
oficina, o como diablos se denomine ese lugar
vagamente siniestro;
por otra parte o en cambio, los empleados de seguridad privada
extraņamente eran los mās educados, en la puerta de entrada:
me saludaban amigablemente
a diferencia de algunos empleados como indicaba unos versos
mās arriba, que ni siquiera se dignaban saludarme o responderme el saludo
mientras escuchaba a Juan Sebastiān
absolutamente extasiado: realmente, aquella mųsica daba sentido a la vida;
a menudo me decėa que, si no existiera Dios, me alcanzaba y sobraba
con la existencia de Bach (por supuesto que
Dios existe, los que no existimos somos nosotros, meros fantasmas onėricos o
cinematogrāficos).

Lo que tiendo a narrar solėa suceder
por las noches, alrededor de las 8 pm
hasta las 10 pm
aproximadamente.

El resto del dėa
daba clases particulares a los efectos de ganarme el sustento, parar la
olla. O de lo contrario, en su defecto, me recostaba
con una o mās jōvenes en la oscuridad
al solo objeto de tener un orgasmo
y luego quedarme dormido allė mismo
con el riesgo de que me sonsacaran
los pocos ahorros que tenėa.

Mis pocas finanzas iban menguando, evidentemente, debido
a toda clase de gastos indudablemente superfluos: libros, camperas de cuero,
sacos varios, zapatos de toda ėndole y material, sombreros y gorras varias,
camisas floreadas
como si no se tratara del rol de catedrātico engaņado
sino de un turista en ciernes
que se dispone a viajar
hacia el Caribe profundo.

Ademās o por otra parte,
tenėa una facilidad absoluta o humildemente extraordinaria
para hacerme
de toda clase de enemigos mās o menos acčrrimos
en especial entre la mafia psicopedagōgica o
simplemente escolar.


Con una habilidad fuera de lo comųn
en poco tiempo me ponėa en contra a los directores mās
autocrāticos, mās autoritarios y tristemente funestos
que procedėan acto o renglōn seguido
a hostigarme al solo objeto que yo renunciara
a la corta o a la larga
sin ninguna clase de indemnizaciōn por ello
ya que habėa sido derogada toda especie de reparaciōn
mediante un decreto presidencial de
extrema
urgencia y necesidad
(aunque algunos jurisconsultos afirmaban sagazmente no haber
ni lo otro ni lo uno: ni urgencia ni necesidad alguna, pero en fin).

Estaba condenado aparentemente
a ponerle los puntos a toda clase de otarios
esquivar, soslayar
giles de lecherėa
que fungėan como directivos
subrogantes, a pesar de ser obviamente
bāsicamente incompetentes, ineptos hasta decir basta, hasta la
nāusea.

Se la pasaban discurseando y llenāndose la boca
contra la violencia de gčnero
pero cuando ocurrėa un caso concreto de violencia de gčnero o
maltrato laboral (el subrayado es mėo)
no hacėan absolutamente nada
salvo estigmatizar, culpar al denunciante o vėctima,
patologizar, en fin, focalizar en čl
tal como sucede en "El Proceso" de Kafka Franz
(versiōn cinematogrāfica de Orson Welles).

Cōmo escapar a esas penurias de manera medianamente eficaz?

Un email al supervisor de turno o mās bien de ārea
era fundamentalmente estčril: solėan producirse mās represalias:
actas, falsos testimonios de alumnas supuestamente acosadas (?)
sumarios administrativos manifiestamente armados, fraguados
etc.

Para quč ahondar en estas tristes materias?
Si realmente fueron los aņos mās endiabladamente felices
de mi vida: por las noches concurrėa a las porteņas milongas
al solo efecto de bailarme unos buenos y rumiantes tangos
y bailar con las bellas entre mis brazos
alegres milongas y cruzados valses y santafecinas cumbias.

O sino, encamarme con dos mujeres a la vez
en coquetos departamentos o, en caso contrario, en los mās
sōrdidos tugurios u hoteluchos, por lo general,
cercanos a la estaciōn del tren.

Por eso mis finanzas se iban complicando inextricablemente, empero,
no podėa desembarazarme de ese potente vicio, la droga mās implacable:

el Sexo

que

con sus lėmpidos orgasmos

inexorablemente

me podėa.


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licprof Estudiante Intermedio Creado: 30/01/24
https://escrituracaballito.blogspot.com/

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licprof Estudiante Intermedio Creado: 31/01/24
POEMA MILONGA NUMERO 8

Te invito a que dejes de usar ese peyorativo mote, me
dijo Adolfo: me encantō su frase pero tambičn me seducėa
jugar al antiheroe, el mito del fracaso, escritor
fracasado, Arlt mediante.

Estaba totalmente decidido a denunciar
arbitrariedades, encubrimientos, impunidades varias,
pero sabėa que eso no llevarėa a nada:
todo relato se dirige hacia el pasado
pero tambičn pronostica.

Y perfectamente sabėa por experiencia propia
que toda denuncia, incluso anōnima, produce
represalias determinadas: focalizan en el denunciante y
presunta vėctima: cadenas de

encubrimientos, complicidades varias, y no obstante,
deseaba con todo mi ser denunciar a los impunes,
a los hijos de puta (no de otra forma cabe llamarlos)
a los efectos o al solo objeto
de estar tranqui o tranca
con mi conciencia.

Lo fantasmātico me podėa, especialmente
los fines de semana o durante
las vacaciones de invierno o verano: como ahora mismo: hace
un calor intolerablemente insoportable: redundancia y desviaciōn
segųn Cohen
hacen fundamentalmente a la
experiencia, la aventura počtica.

Sė, lo fantasmātico o como diablos se llame, me
podėa molto, los fines de semana, o durante las vacaciones
como ahora mismo en que procuro deletrear este confuso
este endiablado poema sin poesėa alguna.

Todas las vacaciones habėa estado elucubrando
esa pavada total que, ademās, obviamente, no conduce a
ninguna parte, absolutamente.

Pero no podėa pensar en otra cosa, excepto, imāgenes del pasado
o en el Microcentro profundo: estafas varias, pistas de baile repletas,
llenas de parejas mimosas y, en la barra, admiradores profundamente coquetos;

copetines varios, mientras contemplamos a las fčminas danzantes
con los ojos cerrados, respirando profundo
al oido del bailarėn de turno: en aquella čpoca,

podėamos franelear a las bellas de lo lindo: nadie nos decėa nada, si
a la hermosa en cuestiōn no le gustaba el asunto, bueno, ella
sutilmente, mediante sutiles chamuyos, te fletaba o sino
hābilmente establecėa distancia razonable, lo llamaban
bailar abierto, quč idiotez, a nosotros nos
gustaba bailar apretados, milonguero que le decėan, aunque mās
bien era
un estilo de confiterėa bailable remanente en los 90
pero que hacėa furor ya en los 2000
como si no existieran
el tango salōn
y el tango nuevo, Gustavo Naveira
mediante,
Fabiān Salas, mediante.

Yo me quedč en medio del camino, totalmente
rezagado.

UBA
licprof Estudiante Intermedio Creado: 05/02/24
Abogado y Profesor y Licenciado en Letras UBA clases de apoyo particulares en estudio privado Caballito Parque Rivadavia Capital Federal 49034485 15.5734.5320 153-770-4979 Dr. Prof. Lic. Matias. Los 365 dias del aņo Precios accesibles. Clases privadas individuales personales particulares lunes a domingos incluso feriados vacaciones

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licprof Estudiante Intermedio Creado: 14/04/24
EN LA ESCALERA DE CARACOL
En la escalera de caracol
hicimos el amor
muchas veces cuando jōvenes y hambrientos
y borrachos de dolor y angustia
no tenėamos un solo centavo
mientras el oleaje de vampiros y zombies
asolaba televisivamente en blanco y negro
las calles de la ciudad
en persecuciōn de sus incautas vėctimas
al solo objeto de drenarles
toda la sangre

en el vano de esa escalera, en la sombra
hicimos muchas veces el amor
a escondidas
y sigilosamente
con suaves gemidos reprimidos
a altas horas de la noche
porque čramos pobres y no tenėamos absolutamente nada
salvo la divina juventud
y enloquecidos de dicha
nuestras bocas se unėan
en un beso para siempre
eterno e inmortal
mientras a lo lejos sonaba un instrumento de percusiōn
un piano tal vez
o algo por el estilo

en la escalera de caracol hicimos el amor
o sino en el amplio rectāngulo desierto de la plaza
en aquel verano que Machado ya viudo tanto amō
mientras caėan las lāgrimas y rodaban las lāgrimas por tus mejillas
y un anciano voyeur o mirōn
un antiguo sātiro acaso
nos observaba amable y atentamente
con sus ojos rojos de deseo

o sino en los mās abyectos y berretas y baratos hoteles
llenos de araņas y telaraņas
en redondas camas giratorias
mientras en otras habitaciones
las ladies aullaban de felicidad
y gritaban monōtonos poemas de amor
compuestos de 1 o 2 obscenas palabras
incesantemente repetidas

nos entregamos por aquel entonces o čpoca
a ciertos determinados juegos vagamente sexuales o simplemente perversos
a ciertas inciertas indeterminadas prācticas sadomasoquistas
mientras el inefable portero espiaba
por el ojo de la cerradura
como si no fuera un sōrdido y transitorio albergue a transistores
sino El Fuego de Barbusse
(Editorial Tor, Buenos Aires, 1929)

en la escalera de caracol hicimos cientos de veces el amor
procurando que los vecinos no se enterasen ni por asomo
por cuya causa a menudo te tapaba la boca con la mano
cuando estabas a punto de gritar
en medio de la medianoche

en la escalera de caracol hicimos el amor
mientras algųn ciudadano volvėa a su casa
abrėa su puerta y la cerraba

cuantas veces habremos hecho el amor en la escalera de caracol
o en los mās roņosos y baratieris hoteles
o en las plazas y parques pųblicos por entonces no enrejados
apoyados en un centenario ārbol
cuyas ramas llegaban hasta las estrellas
y cuyas raėces poderosamente se hundėan
hasta alcanzar el centro de la tierra

me mirabas siempre a los ojos
y yo miraba tus ojos limpios que me miraban
mientras sonreėas hermosa
o las lāgrimas cristalinas resbalaban por tus mejillas
o mientras bailābamos en las mās furiosas pistas de baile
formando la ronda
como una constelaciōn de Tango
en contra siempre de las agujas del reloj
en contra siempre del tiempo
y del espacio

en la escalera de caracol hacėamos el amor
porque čramos pobres como hermosas araņas negras
que durante las noches se deslizan
por la escalera
de caracol

esa escalera de caracol aųn existe
y no es precisamente una escalera al cielo
como reza la mencionada canciōn
sino una escalera a tierra
como en el tango

no tenėamos una sola moneda partida al medio
čramos pobres hasta decir basta
y por eso hacėamos el amor en lugares
en sitios francamente inusitados
por no decir inauditos
por no decir inčditos: escaleras, parques y plazas pųblicas, grandes
hoteles deshabitados
mientras afuera sonaba la canciōn de la lluvia
que repiqueteaba sobre los techos de cinc
o nos empapaba al salir a la noche y a la vida
y luego a dormir en una cama caliente y seca
seguramente desnudos y abrazados y haciendo
cucharita
como si fučramos una blanca y dulce
medialuna

en la escalera de
caracol
hicimos
el
amor

UBA
licprof Estudiante Intermedio Creado: 04/05/24
Me imagino

Me imagino, quiero creer
(mientras escucho a Telemann)
que en la edad antigua hacėan el amor
a diestra y siniestra
como la cosa mās natural del mundo, asė lo
atestiguan ciertas pinturas pompeyanas
o herculanas, ciertas ānforas griegas, ciertos dibujos sagazmente erōticos
ciertas acuarelas
maravillosamente obscenas
fantāsticamente pornogrāficas

me imagino que a travčs de las edades
las muchedumbres de campesinos y aristōcratas
entreverados se entregaban a las orgėas mās asombrosamente descomunales
asė como los dioses olėmpicos
a las bacanales mās extraņas y turbulentas:

torrentes de sangre, lāgrimas, estiercol, sudores, semen, orina y excrementos
se entremezclaban con miles de cuerpos desnudos
abandonados al baile de san vito
y a las convulsiones mās epilčticas y vampėricas
en un esplčndido infierno de materias corporeas
viscosamente chapaleaban en la cičnaga
como en una bizarra pelėcula de terror clase B
de los 60 o 70

en la que los muertos vivos, zombies, vudų y demās lacras cinčfilas
adoradas por Puig entre otros
mezclaban sus aullidos mās o menos guturales
en una fiesta satānica y tanātica
digna de Bataille
Nietzsche
El Bosco
y todos los otros
dignos o no de menciōn

sė me imagino que hartos de una vida campesina de dolor y miserias sin fin
se abandonaban al rayo del orgasmo
penentrando
en todos los agujeros corporales: fosas nasales, marinas, comunes,
orejas, aros, anillos, anos, esfėnteres, bocas desdentadas y rientes,
vaginas de las que emergėan rayos de luces
como una catedral de luz
vulvas grandes como ciudades medievales
y laberėnticas

barrocamente se desgaņitaban en alaridos
en aullidos dignos de Ginsberg
mientras sonaba Telemann

cascadas de baba
baņados en semen

luego se quedarėan dormidos
hartos hasta la nāusea
hasta la masmčdula asqueados
de tanta droga sexual y sensual
de tanto vicio estčril
como un barril agujereado

y a travčs de los tiempos
orgėas o batallas en medio del campo
fertilizaban la tierra

desde lo alto Dios contemplaba sonriente las hecatombes
los humanos sacrificos
los expiatorios chivos
mientras Telemann sonaba

los antiguos libros eran discretos al respecto
pero los personajes arrojaban sus ropas de čpoca
y se dedicaban a fornicar

los campesinos tambičn en sus ratos de ocio
por las noches
cogėan con sus mujeres para tener grandes parentelas
y asė escapar a la guadaņa de la Muerte

y en medio de esa pobre y breve vida miserable
el relāmpago interior del orgasmo
ese dulce terremoto
los hacėa dichosos
felizmente fulminados
afortunadamente calcinados

las prostitutas iban de un rascacielos a otro
a los efectos de desnudarse y cobrar
a travčs de la noche
en raudos taxis
o durante el dėa
se desnudaban se abrėan de piernas o succionaban habilmente
no sin antes cobrar de movida sus dōlares
de entrada
sin chistar
o mediante bancarias transferencias

mientras en los bares o en los calientes hogares
las familias deglutėan sus comidas
bebėan sus brebajes
mientras sonaba Telemann

o miraban el aparato de televisiōn
u oėan reggaeton o electrōnica mųsica
o cada uno estudiaba incesante su celular

y cada 100 aņos la humanidad entera se renovaba completa
gracias a la Sra. Muerte

y Telemann seguėa sonando
es mās: solo Telemann
o Bach
o Beethoven
quedaban

de los millones de mensajes de Watsapp no quedaba nada
solo quedaba
algųn que otro soneto perfecto
Borgiano o gongorino:
no mucho mās

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