La presidenta Cristina Kirchner utilizó ayer el marco de la prestigiosa Universidad de Columbia para hacer una cerrada defensa del proyecto oficial de radiodifusión que se apresta a debatir el Senado, insistir en que la iniciativa es "profundamente desmonopolizadora" y acusar a los grandes diarios de haber sido cómplices del golpe de Estado de 1976. "Quiero decir algo para que quede claro: el 73% de las licencias en materia radiofónica, televisiva y de cable en la Argentina pertenecen a una sola empresa, que además es propietaria de diarios", sostuvo la Presidenta, en directa alusión al Grupo Clarín. Fue la primera vez que el Gobierno puso en números la participación en el mercado de medios de ese grupo empresario, que mantiene un durísimo enfrentamiento con la Casa Rosada por los alcances del proyecto que ayer ingresó en el Senado.
Cristina Kirchner llegó puntual a la universidad y fue presentada por su presidente, Lee Bollinger, el mismo que el año pasado introdujo en medio de una gran polémica al líder iraní Mahmud Ahmadinejad.
Después de un discurso de 40 minutos ante estudiantes universitarios en la Low Memorial Library de Columbia dedicado a la crisis económica internacional y a las recetas que se deberían tomar para superarla, la primera pregunta que recibió la mandataria estuvo dedicada al papel de los medios y al manejo de la pauta oficial de publicidad. Fue una síntesis de todas las que recibió sobre ese tema el decano de la carrera de Relaciones Internacionales y Asuntos Públicos, John Coatsworth.
Una calificada fuente de la comitiva oficial comentó tras el paso por la universidad que a la Presidenta no la había sorprendido la pregunta, porque es un asunto que se está discutiendo en todas partes.
Se tomó su tiempo para responder. Dijo que había que terminar "con una ley vetusta sancionada por el dictador Jorge Rafael Videla". Dijo que tenía entendido que en los Estados Unidos existe una incompatibilidad para que los propietarios de diarios puedan tener radios y televisión. "Esta incompatibilidad no existe en la nueva ley, que tampoco hace mención de los contenidos. Entendemos que sería una limitación a la libertad de expresión", dijo.
Insistió en que el proyecto "sólo hace mención al tema de la concentración" y que la iniciativa no pertenece al Gobierno sino que ha sido impulsada por organizaciones no gubernamentales, sindicatos, universidades. "Hubo 25 foros en los que se tuvo la oportunidad de discutir el proyecto y tuvo 138 modificaciones."
Entre el público la escuchaban los diputados kirchneristas que la semana pasada aprobaron el proyecto, entre ellos el jefe de la bancada, Agustín Rossi, José María Díaz Bancalari y Nora César, y el aliado del Gobierno Ariel Basteiro.
Calumnias e injurias
Reivindicó "el grado de libertad de expresión que hay" en la Argentina y destacó el proyecto para despenalizar el delito de calumnias e injurias para periodistas. "Recuerdo que aquí en los Estados Unidos fue detenida y juzgada una periodista del New York Times por no revelar sus fuentes. Esto en mi país jamás ha sucedido, no por lo menos durante la democracia, sí durante la dictadura."
Dijo que esperaba que el Congreso ampliara la despenalización de las calumnias e injurias a todos los ciudadanos. "La libertad de expresión y la de pensamiento deben estar en la cabeza de quienes son sus verdaderos titulares, que son los ciudadanos, que tienen derecho a conocer toda la información", opinó.
Trajo al recuerdo el golpe que derrocó al presidente Manuel Zelaya, en Honduras, para sostener que a diferencia de lo que ocurría "en los tiempos de la Doctrina de la Seguridad Nacional" ahora los golpes de Estado "son cívicos y mediáticos". Cuando se lo llevaban en pijamas en un helicóptero que aterrizó en una base militar norteamericana, dijo, "las principales cadenas pasaban dibujitos animados".
Sostuvo que en la Argentina nunca hubo "tal grado de libertad para hablar, criticar y oponerse a un gobierno como en el de esta presidenta". En ese contexto, dijo: "Prefiero mil millones de mentiras, mil millones de difamaciones porque me crié en una sociedad en la que en las tapas de los diarios nadie comentaba lo que pasaba. No había muertos, no había desaparecidos. Si uno mirara las tapas de algunos diarios luego del golpe del 24 de marzo de 1976 advertiría el grado de complicidad que tuvo aquella dictadura con los grandes medios para ponerse en marcha".
La respuesta sobre la ley de medios le ocupó tanto como su mensaje económico. Tanto que cuando terminó, el decano, que la había presentado a los más de 400 alumnos que asistieron a la conferencia, quiso dar por cerrada la ronda de preguntas. Pero Cristina Kirchner dijo que tenía tiempo para otras. Entonces, un poco incómodo por la situación, Coatsworth le preguntó en español por Maradona y qué se debería hacer para que la Argentina clasifique para el Mundial de Sudáfrica. El apuro del decano y la respuesta de la mandataria -"ésta sí que es la pregunta más difícil que me han hecho en mi vida"- pusieron punto final a la presentación presidencial en la Universidad de Columbia.
FUENTE: LaNacion.com