DISCURSO FINAL SEMINARIO DE ORTAORIA
Gente bueno, les cuento que aca nosotros tenemos seminarios y entre ellos esta el de oratoria, muy bueno mas que nada para una profesion como la nuestra en la cual constantemente tenemos que estar expresandonos.
Aca les dejo el discurso que hice con motivo de la evaluacion final.
“Política limpia vs. Política sucia”
“Son tiempos duros los que corren”; casi a diario escuchamos ésta frase de boca de algún amigo, conocido, compañero, etc., en referencia al país, a nuestro país, a nuestra Argentina. Sin embargo, hoy hago alusión a ésta frase, pero no en referencia a ella, sino a algo que también es nuestro y nos corresponde día a día fortalecer. Obviamente me refiero a NUESTRA ESCUELA DE DERECHO. Puede que algunos estemos mas cercanos a lo que sucede y otros no tanto, pero de un modo u otro nos influye a todos los alumnos. Estamos presos de campañas políticas por ocupar un escaño en los órganos que nos gobiernan dentro de la Universidad.
Ahora bien, si nos remitimos al diccionario de la Real Academia Española y buscamos la definición de Política, encontraremos lo siguiente: “Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.”.
Aquí no somos ciudadanos en el sentido que denota dicha definición, sin embargo intervenimos en una pequeña comunidad en cada uno de sus asuntos nos incumben a todos.
Lo que quiero recalcar es, entonces, que dicha actividad puede ser llevada a cabo de dos maneras, una limpia y otra sucia.
Hacer política sucia puede resultar, en el común de los casos, mucho más fácil… Se preguntarán ¿Por qué? Porque los medios que utiliza dicha política carecen de fundamentos y generalmente va dirigido a quienes no están informados o lo están, pero de forma incipiente. Así, fundándose en falsas o infundadas imputaciones que pueden generar desconfianza en las personas que se oponen a ésta manera de hacer política, se va generando un clima de tensión.
Otro modo de hacer política sucia es hostigar al rival, casi hasta el hartazgo, mediante intimidaciones o ponerle piedras en el camino para que no pueda alcanzar su meta, siempre en forma desleal.
Y, quizás el medio mas efectivo de este método político es el de manejarse con los grupos que detentan el poder, adoptando actitudes según el curso de las circunstancias y las conveniencias del momento.
Pero ésta manera de hacer política puede ser fácil de erradicar, claro está, haciendo política limpia. Estimo que ya saben más o menos a que me refiero…
La primer forma, y no dudo que ha de ser la más efectiva es PENSANDO E INFORMANDO, ¿Cómo se llega a esto? Obviamente, puede resultar más difícil que hacerlo desde la política a la que llamo “sucia”, pero con el transcurso del tiempo, puede volverse más efectiva.
El pensamiento no sirve de nada si lo mantenemos encerrado en nosotros mismos, de esto ya daban cuenta pensadores como Stuart Mill mucho antes de que hoy lo diga yo. Nuestra verdad no va a ser verdadera hasta que no la expresemos y sea sometida a críticas y posibles refutaciones. Para ello, es necesario generar espacios de debate donde cada uno exponga sus ideas y sean sometidas a juicio, para ver así que tan verdaderas eran.
En cuanto a la información, resulta imprescindible saber de que estamos hablando cuando hablamos, y no caer en el hecho de hablar por el simple hecho de hacerlo sin poder sostener nuestros argumentos más allá de nuestras bocas.
Mediante este método de hacer política los objetivos, tan dejados de lado en la política sucia para proteger otros intereses, tomaran forma, concreción y visibilidad. Dejando, así, de ser meras utopías para convertirse en realidades.
Sin embargo, la política “limpia”, puede ser corrompida y para evitar ello es necesario mantener ciertos pilares de conducta y ética que conllevan al equilibrio de todas las partes. Todos los actos que se realicen deben seguir esos principios rectores; cuando se desvíe de ellos, habrá que recapitular y volver a donde se empezó para corregir posibles nuevos errores. No es necesaria la intimidación ni la agresión para lograrlo, simplemente el pensamiento y la discusión racional.
Sin creer que con esto está todo dicho, considero que es necesario hacer una autocrítica y pensar en que medida estamos comprometidos con la comunidad educativa a la que pertenecemos. ¿Realmente me interesa lo que pasa alrededor? ¿En que medida hago un esfuerzo porque la situación cambie?, algunos pensaran que es mejor buscar la puerta que dice salida y alejarse lo más rápido posible, otros en cambio nos quedaremos a luchar por nuestros ideales… Sin embargo, lo importante es que lo hagamos “con las manos limpias”.
Aca les dejo el discurso que hice con motivo de la evaluacion final.
“Política limpia vs. Política sucia”
“Son tiempos duros los que corren”; casi a diario escuchamos ésta frase de boca de algún amigo, conocido, compañero, etc., en referencia al país, a nuestro país, a nuestra Argentina. Sin embargo, hoy hago alusión a ésta frase, pero no en referencia a ella, sino a algo que también es nuestro y nos corresponde día a día fortalecer. Obviamente me refiero a NUESTRA ESCUELA DE DERECHO. Puede que algunos estemos mas cercanos a lo que sucede y otros no tanto, pero de un modo u otro nos influye a todos los alumnos. Estamos presos de campañas políticas por ocupar un escaño en los órganos que nos gobiernan dentro de la Universidad.
Ahora bien, si nos remitimos al diccionario de la Real Academia Española y buscamos la definición de Política, encontraremos lo siguiente: “Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.”.
Aquí no somos ciudadanos en el sentido que denota dicha definición, sin embargo intervenimos en una pequeña comunidad en cada uno de sus asuntos nos incumben a todos.
Lo que quiero recalcar es, entonces, que dicha actividad puede ser llevada a cabo de dos maneras, una limpia y otra sucia.
Hacer política sucia puede resultar, en el común de los casos, mucho más fácil… Se preguntarán ¿Por qué? Porque los medios que utiliza dicha política carecen de fundamentos y generalmente va dirigido a quienes no están informados o lo están, pero de forma incipiente. Así, fundándose en falsas o infundadas imputaciones que pueden generar desconfianza en las personas que se oponen a ésta manera de hacer política, se va generando un clima de tensión.
Otro modo de hacer política sucia es hostigar al rival, casi hasta el hartazgo, mediante intimidaciones o ponerle piedras en el camino para que no pueda alcanzar su meta, siempre en forma desleal.
Y, quizás el medio mas efectivo de este método político es el de manejarse con los grupos que detentan el poder, adoptando actitudes según el curso de las circunstancias y las conveniencias del momento.
Pero ésta manera de hacer política puede ser fácil de erradicar, claro está, haciendo política limpia. Estimo que ya saben más o menos a que me refiero…
La primer forma, y no dudo que ha de ser la más efectiva es PENSANDO E INFORMANDO, ¿Cómo se llega a esto? Obviamente, puede resultar más difícil que hacerlo desde la política a la que llamo “sucia”, pero con el transcurso del tiempo, puede volverse más efectiva.
El pensamiento no sirve de nada si lo mantenemos encerrado en nosotros mismos, de esto ya daban cuenta pensadores como Stuart Mill mucho antes de que hoy lo diga yo. Nuestra verdad no va a ser verdadera hasta que no la expresemos y sea sometida a críticas y posibles refutaciones. Para ello, es necesario generar espacios de debate donde cada uno exponga sus ideas y sean sometidas a juicio, para ver así que tan verdaderas eran.
En cuanto a la información, resulta imprescindible saber de que estamos hablando cuando hablamos, y no caer en el hecho de hablar por el simple hecho de hacerlo sin poder sostener nuestros argumentos más allá de nuestras bocas.
Mediante este método de hacer política los objetivos, tan dejados de lado en la política sucia para proteger otros intereses, tomaran forma, concreción y visibilidad. Dejando, así, de ser meras utopías para convertirse en realidades.
Sin embargo, la política “limpia”, puede ser corrompida y para evitar ello es necesario mantener ciertos pilares de conducta y ética que conllevan al equilibrio de todas las partes. Todos los actos que se realicen deben seguir esos principios rectores; cuando se desvíe de ellos, habrá que recapitular y volver a donde se empezó para corregir posibles nuevos errores. No es necesaria la intimidación ni la agresión para lograrlo, simplemente el pensamiento y la discusión racional.
Sin creer que con esto está todo dicho, considero que es necesario hacer una autocrítica y pensar en que medida estamos comprometidos con la comunidad educativa a la que pertenecemos. ¿Realmente me interesa lo que pasa alrededor? ¿En que medida hago un esfuerzo porque la situación cambie?, algunos pensaran que es mejor buscar la puerta que dice salida y alejarse lo más rápido posible, otros en cambio nos quedaremos a luchar por nuestros ideales… Sin embargo, lo importante es que lo hagamos “con las manos limpias”.
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