Se viene un debate importante ante el CIADI entre la República de Uruguay y Philips Morris International, con motivo de la demanda promovida por esta última ante dicha institución de arbitraje. Aparentemente la tabacalera multinacional no estaría de acuerdo con las medidas antitabaco adoptadas por el estado uruguayo de acuerdo al Convenio celebrado en el marco de la ONU en el año 2005.
Muchos lo ven como una batalla entre David y Goliat. Esta semana comienzan en París las audiencias del proceso iniciado por Philip Morris International (PMI) -una de las mayores tabacaleras del mundo- contra Uruguay, uno de los países más pequeños de América Latina. Demandó al Estado charrúa por considerar que sus políticas antitabaco están perjudicando comercialmente a la empresa. La multinacional, con sede en Lausanne, Suiza, llevó su reclamo ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), dependiente del Banco Mundial, porque asegura que Uruguay viola un tratado de promoción y protección de inversiones que firmó con Suiza en 1998.
Se trata de la primera vez que una empresa tabaquera demanda a un Estado ante un foro internacional.
La filial de PMI en Uruguay afirmó a BBC Mundo que "por el momento Philip Morris no hará declaraciones" sobre el proceso de arbitraje.
No obstante, en comunicaciones anteriores la compañía expresó sus reparos por algunas de las medidas implementadas por Uruguay en su lucha contra el consumo de tabaco, como la decisión de prohibir las versiones "light" de los cigarrillos, que llevó a la tabacalera a tener que retirar siete de los 12 productos que vendía en el país sudamericano.
"Creemos que la eliminación arbitraria de las marcas no ha servido a los objetivos de salud pública y, en cambio ha llevado a los consumidores a cambiar por marcas locales o de contrabando", dijeron en marzo de 2010 fuentes de Abal Hermanos -la filial local- a la periodista de BBC Mundo en Montevideo, Verónica Psetizki.
Otra disposición objetada por PMI es la que obliga a que el 80% de la superficie de las cajas de cigarrillos muestren imágenes de advertencia sobre el riesgo de fumar.
Juicio intimidatorio. Para el cardiólogo Eduardo Bianco, presidente del Centro de Investigación para la Epidemia del Tabaquismo (CIET) y asesor del Ministerio de Salud a través de la comisión de tabaquismo del Sindicato Médico de Uruguay, lo que busca PMI es amedrentar a un país pequeño, para asustar a otras naciones que quieran seguir los mismos pasos contra el tabaquismo.
"La estrategia es hacer un juicio intimidatorio con el objetivo de que el contrincante, por miedo a los costos elevados que pueda causarle una organización con mucho dinero, retroceda", dijo a BBC Mundo, aclarando que la recaudación anual de PMI supera con creces al Producto Interno Bruto (PIB) de su país.
Uruguay es actualmente uno de los países del mundo con más restricciones contra el cigarrillo.
En 2006, el entonces presidente, Tabaré Vázquez (2005-2010), oncólogo de profesión, prohibió el humo en espacios públicos cerrados -convirtiendo al país en el primero de América Latina y el quinto del mundo en tomar esa medida- e impulsó las otras iniciativas objetadas por las tabacaleras.
Menos fumadores. Pero ¿por qué una de las principales multinacionales del planeta considera una amenaza a un país de 3 millones de habitantes? Para Bianco, Uruguay le hace daño a PMI porque demuestra que las medidas antitabaco que usa son efectivas.
Como ejemplo, el experto citó la reducción en el consumo de cigarrillo entre adultos, que bajó del 32% al 25%, entre 2006 y 2009. Y la caída aún más abrupta entre adolescentes, en el mismo período: del 32% al 18,7%.
"Si Philip Morris quebrara a Uruguay sería un mensaje muy claro para el resto de los países, en especial los no desarrollados, que no se les ocurra meterse en este juego", afirmó.
Según Bianco, el país es considerado un ejemplo en la lucha contra el cigarrillo, ya que es uno de los que sigue más estrictamente las disposiciones del convenio marco de las Naciones Unidas para el control del tabaco, vigente desde 2005 y ratificado por 173 países.
El gobierno uruguayo ha recibido un amplio respaldo en su enfrentamiento con PMI, incluyendo el apoyo económico del alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, y de la ONG estadounidense Campaign for Tobacco-free kids (Campaña para niños libres de tabaco), quienes se ofrecieron a financiar al país sudamericano.
A favor de Philip Morris. Pero no todos apoyan a Uruguay. Simon Clark director de Forest, un grupo británico que aboga por los derechos de los fumadores, dijo a BBC Mundo que las medidas que implementó esa nación discriminan contra los consumidores de cigarrillos.
"El tabaco es un producto legal y la gente debería poder fumar sin ser hostigada", sentenció.
A pesar de las cifras brindadas por Uruguay, Clark asegura que no existen evidencias que demuestren la efectividad de medidas como la de cubrir el 80% de los paquetes de cigarrillos con mensajes de advertencia.
"La gente que fuma ya sabe que es potencialmente dañino para su salud, pero este tipo de iniciativas fomentan la discriminación contra los fumadores", aseguró.
FUENTE: www.lanacion.com
Por Veronica Smink
BBC Mundo