¿Sirve esta convocatoria a diálogo?

La semana anterior la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner convocó al diálogo a todos los sectores opositores que tienen representación en el Congreso. La citación se realizará de a diez partidos por vez debido a que el número asciende a unas cincuenta fuerzas políticas aproximadamente, según anunció hoy el Ministro del Interior Florencio Randazzo.

Ante este escenario y la convocatoria en primer momento de las principales fuerzas opositoras (Acuerdo Cívico y Social, Unión-Pro entre otras), las primeras voces críticas se hicieron oír, fundamentalmente por parte de Elisa Carrió, Gerardo Morales y Giustiniani entre otros.
Las críticas son dispares, por un lado la reducción al tratamiento de una reforma política con el fin de implementar uniformidad en la elección de candidatos, por otro el hecho de que no se traten temáticas sociales que aquejan a la población, para finalizar con el escueto temario de debate.

Todo ello conlleva a preguntarse si son fundadas las críticas esbozadas por la oposición o si, desde otra perspectiva, es sincero el llamado a diálogo realizado por el oficialismo.
Pareciera ser que la crítica que hace respecto en cuanto a que el ámbito de debate es el Congreso, resulta un tanto excesiva y hasta pareciera caprichosa; esto, puesto que entre las atribuciones del Presidente de la Nación se establece que es él el responsable político de la Administración del País (Art. 99 Inc. 1º CN).
Es el Presidente quien establece los grandes lineamientos de la Nación, consecuencia de nuestro sistema presidencialista, así que no parece muy fuerte la idea que sostiene la diputada electa Carrió; más cuando de dicho diálogo pueden surgir proyectos de ley en los cuales sea el Poder Ejecutivo quien los presente ante el Congreso, tal cual establece el Art. 77 de la Constitución.

Más acertadas parecerían las críticas referidas a lo acotado de la temática y a la disposición de la misma por parte del oficialismo. Y es el mismo argumento que sirve para criticar la opinión respecto del ámbito de debate, el que sirve para ponderar este argumento, puesto que parecería más acertado ahondar en temáticas que realmente hacen el desarrollo del país y a la necesidad de todos sus habitantes como son la pobreza, la salud, la seguridad, la coparticipación, entre otros tantos temas que urgen, y no una reforma política que más bien parece un manotazo de ahogado por la fuerza que claramente resulto vencida en los últimos comicios.

Demás está decir que parecería que el oficialismo se niega a tratar estos temas, y que el diálogo convocado en realidad resulta un manto para tapar las críticas que se vienen haciendo desde que Néstor Kirchner asumió en 2003, respecto a la falta de diálogo y manifiesto autoritarismo que ha caracterizado al kirchnerismo desde sus inicios.

Me atrevo a decir, que toda esta convocatoria a un supuesto diálogo no es más que una estrategia política que apunta a callar las críticas que viene sufriendo el oficialismo desde sus inicios.
Sería propicio recordar por último la manda del Preámbulo de la Constitución en cuanto señala promover el bienestar general… y pareciera ser que el bienestar se promueve hablando de derechos sociales y no del modo que debe imprimirse una boleta electoral.


BJL para PlanetaIus.org