Estoy en: Foro > Cuestiones Generales > El Buffet de la Facu

taller poesia 2025 Caballito 49034485


Años fumando como un escuerzo

hacièndome bolsa, pelota
destruyèndome inexorablemente:

a los 16 años, mi primer cigarrillo, un verano soleado
en la calle, y todo por juntarme con giles:
giles que fumaban, se drogaban, tomaban alcohol
y murieron jòvenes, al pedo, al
divino botòn.

A los 16, dejè de hacer deporte, yo
que habìa hecho todos los deportes habidos y por
haber, yo, que era, ni màs ni menos, que un
deportista consumado (aunque amateur).

A los 17 ya fumaba un faso tras otro:
ya querìa dejar y no podìa: el tabaquismo me iba consumiendo,
ademàs, me alcoholizaba solo, solari yirigoyen:
recuerdo tomar una botella de cerveza de litro, una noche, en
Constituciòn y totalmente borracho
volver a mi casa, en medio de la noche desierta.

Ya por entonces, era algo asì
como una suerte de fantasma: vagaba por las calles sin rumbo fijo
o con mi amigo Asdrubal Sebastiàn Carreño (¿què serà de èl?)
tomàbamos 1 litro de cerveza en las plazas verdes y soleadas
luego de engatusar al amable almacenero del barrio
mediante vagamente sutiles artimañas
o simplemente abusando de su confianza
como si fuera un cuento de Felisberto Hernàndez
(su narrativa completa adquirida ùltimamente
en la Librerìa Hernàndez).

O tomàbamos cafè con leche en El Coleccionista
(arriba de ese bar notable vivìa Nalè Roxlo)
y comìamos un tostado, invitado por moi.

Còmo lamento haber gastado tanto dinero al pedo
en esos antiguos kioscos de mierda
que me vendìan veneno como hacièndome un favor
y nunca tenìan cambio: eran tan poco lo que ganaban
con la venta de tabaco y otras porquerìas que
so pretexto de no tener cambio
te vendìan caramelos y otras mierdas
que te hacìan pelota los dientes
para no hablar del cigarrillo.

Años bailando tango en esos salones llenos de humo
que irritaba la vista, enrojeciendo los ojos: no se veìa absolutamente nada,
nos manejàbamos con largavistas para invitar a bailar a las damas.

Sentados en hileras, nos desplazàbamos en ronda
en contra de las agujas del reloj
por lo cual, el tiempo pasaba volando, se disolvìa
como el azùcar en la taza de tè
como las volutas del humo del cigarrillo
que se volatilizaban en la nada.

No obstante, bailàbamos con las bellas
tangos, milongas y valses llamados criollos
pero todo no era màs que un lìmpido pretexto
una mera excusa galante
para tenerlas en nuestros brazos
y franelear suave y delicadamente
sus tiernas tetitas
llenas de maternal y sabrosa leche.

A veces tenìamos la dudosa fortuna
de acostarnos con ellas
en los màs turbios hoteles de mala o buena muerte
y en ese encamarse, creìamos ser felices
alcanzando la efìmera y extraña
felicidad del orgasmo, ese relàmpago inusitado
ese dulce terremoto interior e imprevisto
que llenaba las noches de dicha
y lo real o mundo tendìa a extinguirse de pronto
para dar solo paso a la existencia del placer.

O cenàbamos en la taberna de la esquina
con la profesora de gimnasia de dulces ojos
o con la psicòloga lacaniana
a los efectos no solo de morfar
sino de entregarnos a bizantinas discusiones acerca de
Lacan o el arte en general, por ejemplo:
el arte era algo con su peso especìfico o la especialidad de la casa
o era algo que simplemente atravesaba la vida entera
disolviendo sus lìmites y abarcando en consecuencia
el universo en general y o la naturaleza en particular?

Còmo me gustaban las mujeres!
Me parecìa mentira que pudieran existir criaturas tan bellas,
por otra parte, era profundamente prejuicioso o directamente
misògino, y por lo general, detestaba cordialmente
su manera de ser, sus histerias, sus descontroles, su falta de ètica,
sus intereses, sus egoìsmos, y en general, todo su mundo moral ...

Amaba la belleza ardientemente pero detestaba
la falta de verdad, de sinceridad, de autenticidad ...

Una mirada machista ciertamente, propia de un machirulo, lo admito, no
obstante, aquellos juegos sexuales o bàsicamente perversos
o incluso sadomasoquistas, aceleraban el orgasmo, permitìan una
cierta variaciòn sobre los mismos temas y la fractura de
una cierta monotonìa, una cierta rutina detestable ...

Pensar que hace años no tenìa esta molestia absurda
hoy acaso reactivada a causa del llamado sexo oral ...

Pero quiero volver a los màs gratos recuerdos:
con mi amigo Asdrubal
o mi amigo Claudio
o mi amigo Alejandro Acobino
hoy todos muertos por una razòn u otra
suicidados por la sociedad ...

Recuerdo las noches en que vagàbamos
por avenida Corrientes: hurtaban libros de las librerìas
ante la mirada atònita de los vendedores
salìan disparados hacia el obelisco egipcio
que como un falo està clavado en el corazòn de la ciudad
en el centro profundo
y es objeto de los màs variados rituales: las

gentes se reùnen a veces a su alrededor
con el objeto de celebrar algùn evento o victoria posible

pero nosotros luego de tomar algunos copetines
o de celebrar alguna muzzarela chorreante en alguna pizzerìa cercana
o deslizàbamos algùn piropo en el oìdo de las bellas
hoy un gènero en franca extinciòn como si se tratara de una especie animal
o del reino vegetal.

De ninguna manera arrojàbamos barrabasadas a las hermosas:
de ninguna manera, en absoluto.

Pero no tenìamos suerte alguna con las pendejas de nuestra misma edad
por lo cual tentàbamos fortuna con las màs veteranas
y nos sumergìamos en los lechos
nos zambullìamos en las camas matrimoniales o no
o entràbamos en los màs mugrientos y baratos hoteles alojamiento
o albergues transitorios
oscuros
con redondas camas giratorias o cuadradas
llenos de telarañas
siniestros francamente hasta la nàusea
hasta el hartazgo.

Lleguè a tener un cajòn repleto de peines negros de plàstico
y siempre estaba munido de una caja de profilàcticos
para no tener malas sorpresas, martes 13 imprevistos.

Pero lo cierto es que yo no tenìa un maldito centavo, una
puta moneda partida al medio
ya que me patinaba toda la plata ganada
con el sudor de mi frente
cafeteando absurdamente
llevando una absurda vida bohemia
que francamente no me llevaba a ningùn lado.

No me explico còmo las bellas podìan aguantarme:
es que no me soportaban realmente: era yo
demasiado demandante, segùn ellas y segùn recuerdo que ellas decìan:
nunca tenìa un maldito centavo, una fucking moneda
partida por la mitad
ya que me patinaba el dinero
comiendo afuera de casa
en los grandes bodegones del barrio
siempre repletos de comensales
ya que la comida era muy buena y muy barata.

Incluso a veces, concurrìa allì mismo
con alguna bella. Pero, mientras comìamos, algùn hdp
miraba desmesuradamente a la hermosa en cuestiòn
ponièndome los pelos de punta
ponièndome la piel de gallina, no por el miedo, creo,
sino porque no podìa estar peleàndome con medio mundo ...

Esa bella era bellìsima realmente, al punto tal que yo a veces
me preguntaba por què diablos me darìa pelota,
por què me daba su amable atenciòn:

fellatios en las plazas municipales
allì mismo donde habìa existido hacìa algunos años atràs
una escuela primaria
detràs de los arbustos
y mientras multitud de automòviles nocturnos
pasaban por la avenida Independencia.

Era tan bella esa mujer que las otras mujeres
la miraban con admiraciòn
tal vez se preguntarìan: què hace este encanto
con este monstruo o mero adefesio con anteojos culos de botella
y para colmo de males gordo y mal entrasado?

La bestia y la bella.

O con la rockera Alejandra en medio de un colectivo
varios tipos le decìan toda clase de sandeces
mientras yo no decìa ni mu
tenìa que comerla doblada
o simplemente me armaba y desarrollaba mi paciencia
como varias capas de ropa frente al intenso frìo invernal
o màs bien infernal

porque el infierno si existe
ha de ser como una pista de hielo
una càrcel de hielo
una vacìa catedral de hielo
poblada de invisibles fantasmas
cuyos dientes rechinan
y que tiemblan como hojas ...

Todas aquellas desnudas mujeres que amè
cuando dejaban caer sus ropas
eran relàmpagos que iluminaban las oscuras habitaciones
llenando con su luz corpòreas
aquellas sucias piezas de paredes descascaradas
y espejos ya enmohecidos y aùn deformantes ...

Pero antes de hacer el amor
recuerdo perfectamente
que me dirigìa al baño
a los efectos de lavarme bien el miembro
y orinar denodadamente antes
por miedo a no poder acabar

porque no se puede hacer todo a la vez
y quien corre detràs de 2 liebres ...

licprof UBA

Respuestas

Derecho Apuntes de Derecho

Temas Similares a taller poesia 2025 Caballito 49034485