Debido a que mi primer post fue un éxito (más de 500 lecturas en 4 días); continúo revelando verdades ocultas de los pasillos universitarios. Cualquier semejanza con la realidad es intencional.
A medida que pasan los años y se va avanzando en la carrera (o no), nos encontramos con una fauna de docentes universitarios que parecen salidos de una película de Hitchcock.
Como podemos encontrar muy buenos docentes, también suelen aparecer aquellos docentes que uno se llega a cuestionar sino sería más útil tener un orangután con un Código Civil o una Constitución en la mano dándonos clase.
Así es como tenemos aquellos docentes “casseteros”, al mejor estilo de un futbolista hablando con un periodista deportivo a la salida del clásico del domingo; me refiero a aquellos profesores que hace 20 años vienen dando las mismas clases y tienen el tupé de jactarse que son profesores reconocidos (sí por su madre e hijos; y tal vez, con un poco de suerte, por su padre también). Son esos profesores que resulta más útil quedarse en casa, leyendo sus clases desgrabadas de hace 5 años atrás, en las que se puede observar no ha cambiado ni los ejemplos ni la forma de introducir la clase.
Después tenemos otro tipo de profesores; el “comerciante”, ese que acaba de editar su libro y lo promociona como una innovación en la materia, aportando puntos de vista nunca antes esbozados por otros autores. Hace análisis comparativos entre el costo de su libro y el de otros autores de la materia. Seguramente también se caracterizará por enviar Cartas Documentos a todas los centros de fotocopiado de 100 km a la redonda para que dejen de fotocopiar su libro, ya que es nuevo y tiene la imperiosa necesidad de comercializarlo.
Resta hacer una salvedad de este tipo de docentes; cuando adquiramos el libros nos terminaremos dando cuenta que nada tenia de “novedoso”, sino que jugarán en parte a ser el Jorge Rial de la materia, llenando sus páginas de datos curiosos inútiles, y que los contenidos fundamentales de la materia serán, en verdad, copy-pasteados de otros autores, por lo que será lo mismo utilizar este libro del año 2009, que el que teniamos de Spota del Año ’50, todo ajado y con hojas amarillas.
Siguiendo con la fauna universitaria, aparecen aquellos profesores a los que podríamos denominar “mimateriaeslaunicaylamasimportante”. Así, será irrelevante si dan Derecho Procesal Civil y Comercial, Filosofía del Derecho, Introducción al Derecho o Sistemas de Derecho Comparado de las Tribus de Mozambique durante el Siglo XVIII; todo docente cree y es
conditio sine qua non que su materia SIEMPRE es la más importante. Trátase de una presunción
iure et de iure; es decir JAMAS DE LOS JAMASES intenten refutar la importancia de su materia al profesor, puesto que lo único que habrán conseguido es un enemigo, un 2 y recursar la materia.
A este tipo de docentes jamás les importará que tengamos 5 parciales en 4 días; ellos nos atiborrarán de fotocopias de cada punto del programa, sin importar que se trate del “concepto del derecho”, “causa” o “el papel del paterfamilias en el derecho romano desde Rómulo y Remo hasta Silvio Berlusconi”.
Otro de los tantos especímenes que encontramos en este zoológico de escaleras y aulas, será el clásico profesor fiestero… Ese que no habla de la bibliografía, del programa o del contenido de la materia; sino que en la primera clase empieza a preguntar cosas como ¿Quién tiene quincho? ¿Quién sabe hacer asado? ¿Cuándo se van a organizar un asadito? ¿Cuándo armamos algo para juntarnos todos los de la cursada en un ambiente menos formal? Es seguramente el profesor que más affaires se le conocen con alumnas de la facultad; esas que serían algo así como los Maquiavelo de la facultad, aprobar una materia por cualquier medio (santo o non santo) es su objetivo.
Este tipo de profesores se caracterizará por llegar a cualquier hora, seguramente con ojeras, olores varios (cigarrillo, alcohol y otras sustancias prohibidas); y se caracterizará por sobre todas las cosas porque el día del oral nos preguntará cosas que ni en el programa ni en clase han sido estudiadas, lo que demuestra su total desentendimiento con la materia y su afinidad a las festividades y partuzas varias.
En definitiva, es evidente que dentro de la facultad nos podemos encontrar con muchísimos tipos de profesores, también que el día de mañana nosotros seamos alguna tipología de estos (o de otros), pero hay algo fundamental que se aplica en su mayoría:
Son más los profesores que quieren joderte, que los que quieren que te recibas.
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